Nota de cierre del Ranking Chileno de Ciencia Política

Desde diciembre de 2019, nuestro equipo ha mantenido con entusiasmo el Ranking Chileno de Ciencia Política (CPS-Ranking), una evaluación trimestral que destaca el impacto académico de los politólogos en Chile y aquellos enfocados en temas chilenos a través de la medición de su índice H basado en perfiles de Google Scholar. Durante cinco años, esta iniciativa creció notablemente, comenzando modestamente con 125 perfiles y llegando a 206 en nuestra edición final en diciembre de 2024. Este crecimiento reflejó un genuino interés y reconocimiento dentro de la comunidad politológica chilena, con académicos que se unieron voluntariamente o fueron recomendados por sus pares. Estamos profundamente agradecidos por este compromiso y por el amplio apoyo de los investigadores de todo el país.
Sin embargo, tras una cuidadosa consideración y una profunda deliberación, hemos decidido interrumpir el Ranking Chileno de Ciencia Política a partir de 2025. Creemos que la transparencia es esencial y, por lo tanto, queremos explicar las razones de esta decisión.
En primer lugar, cada vez somos más conscientes de las limitaciones metodológicas de utilizar el índice H como medida principal del impacto y la relevancia académicos. Aunque el índice H goza de un amplio reconocimiento y es fácil de interpretar, su alcance es limitado. En concreto, privilegia la cantidad de citas sobre la calidad y la importancia de la investigación. Además, tiende a perjudicar a los académicos que producen menos trabajos pero de gran impacto y favorece a aquellos cuya producción y patrones de citación se alinean con una dinámica de publicación masiva, pero no necesariamente de calidad. En la práctica, un académico con varios trabajos muy citados podría tener un índice H equivalente o incluso inferior al de otro cuyas citas estén dispersas en numerosos trabajos de menor impacto. Este defecto no refleja correctamente las auténticas contribuciones intelectuales realizadas por nuestra comunidad académica.
Además, hemos observado los sesgos e incoherencias inherentes que surgen al basarnos en Google Scholar como fuente principal de datos. Aunque Google Scholar ha democratizado el acceso a las métricas de citas al ponerlas a disposición del público de forma gratuita, tiene importantes puntos débiles. Su algoritmo tiende a inflar los recuentos de citas mediante duplicados e incluye citas de fuentes que no siempre cumplen rigurosas normas académicas. En este contexto, se han dado casos aislados en los que los perfiles mostraban recuentos de citas extremadamente inflados, ya fuera por imprecisiones técnicas o por manipulación intencionada, lo que socavaba la credibilidad general y la imparcialidad de nuestro ranking. Se trata de una situación difícil que escapa a nuestro control y, aunque se dieron pocos casos de este tipo, pusieron de manifiesto la vulnerabilidad de nuestra confianza en Google Scholar.
La ausencia de alternativas exhaustivas accesibles a nuestro equipo agrava los problemas de precisión y fiabilidad inherentes a Google Scholar. A pesar de su mayor precisión y sus rigurosos estándares, bases de datos como Web of Science o Scopus son restrictivas debido a su formato de suscripción y su limitada cobertura de la investigación latinoamericana. En consecuencia, sin fuentes alternativas viables que representen adecuadamente la investigación chilena en ciencia política, nos encontramos limitados a la hora de mejorar la solidez e imparcialidad de nuestra metodología de clasificación, lo que exige tiempo y recursos que no podemos cubrir.
Además, la iniciativa del Ranking Chileno de Ciencia Política ha funcionado de forma independiente, sin afiliación institucional ni apoyo formal de universidades u organizaciones académicas, con un apoyo limitado del Training Data Lab como grupo de investigación. A pesar de la gran atención y los comentarios positivos que ha recibido por parte de académicos individuales, esta falta de apoyo institucional limita seriamente nuestra sostenibilidad operativa y nuestra capacidad para garantizar el rigor metodológico y la integridad que se requieren en este tipo de rankings. Aunque la Asociación Chilena de Ciencia Política (ACCP) o las universidades podrían haber proporcionado un valioso respaldo, validación o incluso apoyo a la divulgación, su ausencia ha limitado en última instancia el potencial del proyecto.
Es fundamental subrayar que nuestra decisión no se basa únicamente en la crítica o en deficiencias metodológicas, sino también en una reflexión más amplia sobre la dirección del reconocimiento y el mérito académico. Reconocemos el creciente debate internacional sobre la necesidad de ir más allá de las métricas simplistas hacia evaluaciones más exhaustivas del mérito académico y el impacto social. En todo el mundo, la academia cuestiona cada vez más las evaluaciones basadas en métricas y aboga, en cambio, por enfoques diversificados que abarquen evaluaciones por pares, valoraciones cualitativas y contribuciones más amplias a la sociedad.
En este contexto, esperamos que nuestra decisión anime a la ciencia política chilena a reflexionar críticamente sobre cómo se evalúa y reconoce la excelencia académica. Abogamos por la creación de espacios donde se puedan discutir, desarrollar e implementar criterios de evaluación más ricos e integrales. Tales criterios deberían reflejar adecuadamente la diversidad, calidad, originalidad y relevancia social de la investigación producida por académicos chilenos.
Finalmente, agradecemos sinceramente a cada investigador que participó, contribuyó o apoyó la iniciativa del Ranking de Ciencia Política Chilena durante estos últimos cinco años. Creemos que esta experiencia ha proporcionado valiosos conocimientos sobre las fortalezas y desafíos de nuestra comunidad académica, fomentando la visibilidad y el debate en torno al impacto académico de la ciencia política chilena. Si bien descontinuamos este proyecto, mantenemos nuestro compromiso de apoyar iniciativas que promuevan el reconocimiento riguroso, justo e integral del trabajo académico.
Invitamos a las instituciones, sociedades académicas y universidades a seguir participando en debates constructivos sobre las evaluaciones académicas y a apoyar iniciativas que garanticen la justa representación y el reconocimiento de los académicos chilenos a nivel nacional e internacional. Aunque nuestro ranking concluye, la conversación sobre cómo reconocemos y valoramos las contribuciones académicas continúa, y estamos deseosos de apoyar nuevas e influyentes vías.